jueves, 29 de diciembre de 2011

Y lo que te rondaré, morena

Me prometí a mi misma que en cuanto me pagaran mi sueldo por fin, escribiría una entrada para contar el infierno de la burocracia rusa que se resume en: 


"Ah no, pero es que la burocracia es así en todas partes". Rusia es uno de los peores países del mundo para eso y nadie dirá lo contrario. Y eso que en Francia la cosa está mal (será más Europa que España pero tela). 

Total, que para celebrar la navidad he recibido mi nadbavka (sueldo extra del departamento) de los meses octubre, noviembre y diciembre, junto con la paga extra de navidad y la paga de unas clases aparte que he estado dando. Dicho esto, la navidad aquí es ortodoxa y es en enero, así que lo que me han pagado es un adelanto porque en enero todo estará cerrado. He estado pidiendo dinero a mis padres durante tres meses para ser rica en diciembre. 

He decidido dejarlo en solo la parte de mi contrato para conseguir mi sueldo. Evidentemente nada es fácil aquí y he tenido más pero la entrada sería muy larga si añado el resto (hasta aquí).

Cometí el error de dejarme mi título en España y el jefe de Relaciones Internacionales encontró la excusa perfecta para pasar de mi olímpicamente. Hasta que yo no tuviera mi título, no podría hacer el contrato. Mentira. Pero yo había perdido una semana. En esa semana, empecé a trabajar con la promesa de que me pondrían la fecha del 15 de septiembre en mi contrato cuando estuviera. 
Llego mi título y para el contrato necesité: 

Todos los papeles que necesité para que mi contrato fuera válido. Cada año, cada trabajador de la universidad pasa por esto. Hasta la de la limpieza.
- 9 firmas (incluyendo la mía) de: mi jefa del departamento, la decana de mi facultad, la del médico, la de los bomberos, la de los electricistas, la del jefe de Relaciones Internacionales, el rector y no sé quién más. 
Para la firma del médico necesité ir a la Policlínica de los Estudiantes y recoger sello y firma diciendo que estaba perfectamente de: el médico de cabecera, el otorrinolaringólogo, la ginecóloga y el traumatólogo, aparte de una radiografía y un análisis de sangre que necesité para quedarme en la residencia. Estos papeles son los pequeñitos amarillos de la foto a la izquierda. 
Para lo de los bomberos y el electricista tuve que ir a una reunión donde se supone que nos iban a explicar qué hacer en caso de incendio y cómo evitar cortocircuitos pero no vino nadie y se limitaron a firmar el papelillo porque la gente se empezó a alterar. Tuvimos que ir a buscar a los electricistas a su cuartito, estaban viendo la tele tan a gusto y de repente, una turba de gente buscando firmas para tener el contrato en regla. Inolvidable. 
- Mi autobiografía (un currículum redactado vaya), contando qué he hecho hasta ahora y a qué se dedica cada miembro de mi familia, dónde y cuánto tiempo.
- Un papel pequeño contando lo mismo que antes pero en esquema y especificando dónde viven mis padres.
- Otro papel contando lo mismo otra vez. La inscripción "KGB" gira en letreros luminosos en mi cabeza.
- Una especie de contrato para quitar responsabilidad a la universidad en caso de problemas (básicamente). 
- Una autorización dirigida al rector para pedirle permiso para que me deje trabajar en la universidad. Este papel en ruso se llama Zajavlenie y se usa para todo en todas partes. 
- Mi título traducido (hubiera podido hacer todo lo anterior sin el título, tardé una semana en tener todas las firmas) y apostillado. 
Mi contrato con la mitad de las firmas
Todos los sellos de cada uno de los médicos que me vio para el contrato.
Entrego una semana de sufrimiento y me dicen que me pondrán la fecha del día en que lo entrego, el 5 de octubre. Monto otro pollo porque no lo aguanto más y me voy desmoralizada y cabreada a ver al jefe de Relaciones Internacionales que no está. Su secretaria, que a diferencia de él, sabe lo que pasa, me ayuda a solucionarlo. Menos mal que tiene esa secretaria, que no se la merece (pero los demás sí nos la merecemos). Me prometen que me pagarán a partir del 1 de octubre y lo de septiembre como un extra. Mi sueldo sin nadbavka son unos 100 euros, como cualquier profesor de universidad. Con nadbavka, son 300, pero eso es un extra de mi departamento, si tu departamento no tiene dinero, tú tampoco. Un camarero gana más, ser profesor aquí es una cosa puramente vocacional, te renta más ser escultor cubista.

Así que entre pitos y flautas, estamos en diciembre y yo sin cobrar. He tenido que pasar una semana preguntando en Relaciones Internacionales qué pasa y el jefe dándome largas. Un día pregunté en Presupuestos y en Gestión de contratos si sabían algo y resulta que ellos no habían recibido la orden de pago. Se lo dije a mi amigo muy seria y enfadada y el resultado final fue que estuve una hora sentada frente a él viéndole hacer su trabajo que debía haber hecho hacía dos meses y tuve que volver otro día a verle hacer su trabajo para que se completara el proceso. 

Pero ya me han pagado. Soy feliz y me voy de vacaciones mañana a gastarme la extra de navidad en trenes, ¡yiha! 

domingo, 11 de diciembre de 2011

Control, ¿qué control?

El viernes mereció la pena levantarse temprano. Al principio pensé que no pero ¡vaya que si lo mereció!. 
Con la antelación que caracteriza a las reuniones en la universidad, mi jefa me llamó anoche para que asistiera a una hoy a las 9 de la mañana. Era una reunión de tutores. En la universidad rusa hay un sistema de tutores por cada curso, sobre todo para primer curso, para informar y ayudar a los alumnos novatos y acompañarles en diversas actividades. Muy útil y muy buena idea si no fuera porque puede incluir un lavado de cerebro. 
Según llegué, pedían nombre y apellido y lugar de trabajo. Una vez sentados y antes de empezar la reunión el director/rector (no me ha quedado claro su cargo) nos pidió que nos sentáramos más hacia adelante y de forma más repartida por toda la sala alegando que es algo que siempre tiene que pedir a sus alumnos y no esperaba tener que pedírselo a los profesores. 
La reunión empezó y al principio estaba confundida, pensaba que no entendía nada porque nada tenía sentido ni estaba muy conectado entre sí. Luego me di cuenta de que era así (algo habitual aquí es convocar reuniones porque sí). Empezaron diciendo muchas cosas juntas, cosas como por ejemplo que igual es buena idea que si los alumnos quieren trabajar, incluso si es por necesidad familiar, le pidiéramos la autorización de sus padres y la de media facultad. Eso fue solo un ejemplo, no algo para hacer de verdad pero no estaba conectado con nada de lo que dijo antes ni después. Lo único que unía el discurso era la vaga idea de preocuparse por los estudiantes de los que eres tutor, que en los tiempos soviéticos los tutores lo hacían gratis (ahora te pagan 1000 rublos, unos 25€, al mes), que la universidad de Kazán es muy buena e importante y por eso hay que mirar por ellos.
Después, este señor mencionó algo, igual de inconexo con lo demás que el resto sobre hacer algún cartel o anuncio a los alumnos para que no convoquen eventos. Me pareció raro porque aquí hay eventos por cualquier cosa: el día de los de primer año, el día de la facultad de tal, etc. El culmen de los eventos es “La primavera estudiantil” que es una semana entera de espectáculos en la universidad.  Y dijo algo como que podía venir la policía. Aquí empecé a sospechar algo sabiendo que la última (y primera) reunión del departamento a la que he ido acabó siendo un mitin para votar a Rusia Unida, el partido de Putin con la base “Votad a quien queráis pero votad. Nuestro presidente, por ejemplo ha hecho...”. Esa reunión era, al principio, para informarnos del nuevo sistema de exámenes y notas (nadie sabe muy bien cómo es ahora). Otra reunión porque sí, vaya. 
Total, que aquí el director cedió la palabra a su compañero que nos informó de las manifestaciones que han tenido lugar en los últimos días en Moscú y San Petersburgo para hacer una re-elección. Parece ser que ha habido muchos problemas en estas manifestaciones con la policía (qué sorpresa) porque los jóvenes “provocan”. Estas manifestaciones son convocadas, entre otros, por “Otra Rusia” y en Kazán por lo visto hay líderes de ese grupo. Nos dijo, muy preocupado, que para el día 10 de diciembre hay un mitin convocado en Kazán con este motivo, que en Vkontakte (el facebook ruso) hay unos 2000 asistentes y otros 2500 que puede que vayan. Añadió que esta manifestación es ilegal por no estar convocada dentro del tiempo previsto por la ley para convocar manifestaciones (10 días de antelación) y por lo tanto los asistentes pueden enfrentarse a 15 días de arresto en prisión o una multa. 
Y aquí viene la conexión con lo del principio. Para evitar que nuestros muchachos se metan en problemas debemos informarles de lo mala idea que es asistir a esta manifestación por si acaban 15 días en la cárcel. Debemos preocuparnos por ellos. Hay que decirles, que mejor que no vayan, que no pasen por allí cerca por si acaso. 
Este señor, nos lo dijo con un tono de preocupación pero el director le cortó diciendo: “Vayan a ir o no vayan a ir, ¡hay que prohibírselo!” 
Ah amigo... 
Y aquí empezó lo bueno. El director, alegando preocupación por los alumnos insistió en el hecho de que no es buena idea que vayan, que no se mezclen con esa gentuza, que ahí puede haber de todo y que hay que prohibírselo porque la universidad es responsable de ellos por cualquier cosa que pase (mira tú). “Y si pasan 15 días en la cárcel, ¿qué vas a decir después? No, yo te aconsejé que no fueras, ¡no podemos hacer eso!”. Aquí, me arrepentí muchísimo de no haber grabado la reunión entera, este hombre tiene frases para el recuerdo.
Entonces, cuando él daba por terminada la reunión, un joven profesor se levantó y preguntó “mis alumnos quieren saber qué pasa aparte de los 15 días de cárcel, si hay repercusiones en la universidad, como que los expulsen por ejemplo”. Esto se lo expuso bastante bien razonado y el director no supo que responder. Con la diplomacia que le caracteriza respondió cortándole (cuando consideró que había hablado bastante): “¡No quiero!¡No quiero hablar de eso!¡No quiero! así que no vamos a volver a hablar de este tema”. Ante la insistencia general por conocer las posibles represalias, algunos profesores comentaron que a algunos estudiantes les da igual pasar 15 días en la cárcel, ¿van a entrar en el registro criminal o algo, acaso? Entonces, el director se hizo la picha un lío porque se vio entre la espada y la pared y dijo cosas como “hombre, no hay repercusiones en la universidad porque no podemos, pero si un juez lo dice, igual se les expulsa” o “pero estos chicos son como mis hijos, tenemos que preocuparnos por ellos como por nuestros hijos por eso hay que decirles que no vayan” pero la mayor parte de lo que dijo, no tenía ni pies ni cabeza. Eso sí, lo dijo muy enfadado, en tono paternalista y dictatorial. También se corrigió y para cubrirse las espaldas mencionó que los profesores podrían decirles todo esto como si fuera idea suya, no como si se lo hubiera mandado él. “Hay que estar de acuerdo con el director” dijo en una de éstas poco después de hablar de la libertad de pensamiento en la universidad. 


Viñetas de Quino
Y al rato se terminó la reunión y nos dejaron libres. En menos de un mes, dos reuniones relacionadas con hacer lo que quiere el gobierno. 
A dos compañeras mías las invitaron a ir con sus alumnos a un acto de homenaje de no sé qué accidente en el que murieron muchas personas que ocurrió el año pasado. Era justo antes de las elecciones, se convirtió en otro mitin tipo “con nuestro presidente esto no volverá a pasar” y también pasaron lista, asistencia obligatoria.



domingo, 4 de diciembre de 2011

Viva nuestro conductor, konduktor tor

Los autobuses aquí me tienen loca. Lo que es el vehículo en sí pero también el sistema de paradas, de líneas, la gente que trabaja en los autobuses... todo lo relacionado con ellos y con el transporte público en general. 
En principio, como los autobuses los compran de segunda mano a países de Europa o Asia, son cada uno de su padre y de su madre. Luego además, los tunean, algunos tienen adornitos colgando en la parte del conductor, otros tienen cortinas (normalmente feísimas) por las ventanas, cada uno se personaliza su autobús. Ni siquiera los personalizan por líneas, los personalizan por aparato. 
El konduktor de este tranvía decoró su tren para el Día de la Victoria
Algunos son más nuevos que otros pero en general tienen todos escalones en las puertas y a veces dentro también que hay que ver a las abuelas subir, las pobres, y moverse dentro del autobús. 
En cuanto a las paradas, en el centro están más o menos bien señalizadas con una marquesina, pero según te alejas del centro se va convirtiendo la marquesina en una señal, la señal en una pancarta hasta que sabes que hay una parada por la aglomeración de gente que hay en medio de la calle sin venir a cuento. Muchas veces te puedes orientar sabiendo que cerca de las paradas de autobús suele haber quiosquitos de ultramarinos, de prensa, de telefonía móvil, de flores... pero no siempre. Esos quiosquitos están por todas partes así que a veces no ayuda. Un día me las vi y me las desee para encontrar una parada. Era noche cerrada, con niebla, en la parte más lejana de la ciudad y los quiosquitos no me ayudaron. Tuve que preguntar a varias personas y seguir a otras hasta que llegaron a la marquesina oxidada y esperar a ver un autobús que me llevara cerca de mi casa. Todo esto porque me dejaron en una parada que estaba en el sentido contrario del que yo necesitaba y poner una parada enfrente habría sido muy fácil. 
Quiosquito en Perm. Podéis ver más fotos de quioscos aquí
Este sistema se aplica también a trolebuses y minibuses. Lo de los minibuses a mi no me gusta, me parece casi más arriesgado que ir en autobús y bastante más incómodo si cabe. Los trolebuses me hacen gracia, me siento como en un TBO, algún día entrará alguien que se parecerá a Mortadelo y yo me reiré porque soy así. Además, como están conectados a cables que están por toda la ciudad a veces se cruzan los cables o se pierde la conexión y paran el trolebús en mitad de la carretera (se han dado casos de que se haya parado en mitad de un cruce grande) y se baja el conductor a dar saltos y dejarse los cuernos en cambiar los cables del trolebús en medio de todo el tomate. Cuando lo conecta de nuevo, se prende un pequeño fuego que algún día nos va a dar un disgusto pero esto es Rusia. 


Dentro de cada uno de estos sistemas de transporte público (y en los tranvías también pero en Kazán los están quitando), hay dos personajes importantes: el conductor (en ruso, voditel') y el vendedor de billetes (en ruso, konduktor). Que el que no conduce se llame konduktor me encanta. Y es una profesión que me fascina. Cuando estaba en Izhevsk eran casi siempre señoras de unos cincuenta años, una vez vi un hombre con bigote y me sorprendió. Aquí hay de todo, incluso jóvenes estudiantes. No tienen uniforme aunque a veces llevan un mandil rojo (rojo sucio). Su trabajo es estar al quite de quién sube y recorrerse el autobús con el rollo de los billetes cobrando a los pasajeros. No sé cuánto les pagan ni cómo funciona la contratación, me dan ganas de preguntar a ver si puedo trabajar de konduktora porque me tiene intrigada de verdad. Es una profesión de riesgo y requiere mucho equilibrio y una santa paciencia en horas punta. Es de riesgo porque para eso tenemos el conductor-voditel'. No estoy segura de que esta persona necesite tener el carnet de conducir para trabajar en el autobús así que lo mismo también me presento a esto. La gente aquí conduce fatal, en Rusia en general y en Kazán en particular. Los voditel' de autobús se llevan la palma. Además les gusta, cuando hay atasco, ir avanzando a trompicones con el autobús lleno y la gente con el meneíto. Y cuando se pone en verde, salir con acelerón. Los konduktores se llevan cada golpe... Los pasajeros también pero estos pobres, echan más horas. 
A los konduktores no se les escapa una y además los pasajeros son gente honrada y pagan su billete religiosamente. En hora punta es fácil colarse además, solo hace falta decir que sí has pagado si te pregunta el konduktor pero en general pagamos todos. La santa paciencia la necesitan porque en hora punta no se puede ni respirar en el autobús y porque los borrachos siempre intentan subir gratis y negocian con el que toque. 
Un konduktor en pleno ajetreo de cobrar y dar el billete. 
Si algo hay que reconocerle a los rusos es el aprovechamiento del espacio en un autobús lleno. Se reparten perfectamente por todo el autobús, cada milímetro y cuando alguien tiene que salir es un trabajo en equipo para que esa persona llegue a la puerta. Es cierto que luego son agonías para otras cosas como por ejemplo, subir en éste autobús y no otro bajo ningún concepto y si para eso el autobús se tiene que ir con la puerta abierta, se va (esto es verídico que lo he visto yo en mi parada). Para muestra de lo que puede ser una lata de sardinas, un botón: 


Aquí podemos ver a la konduktora (la chica de rosa con la riñonera). También podemos ver cómo los autobuses en general llevan una pancarta enorme con las paradas más importantes y el número de línea. 
Y os dejo con otro video, éste pertenece a la categoría "cosas que solo pasan en Rusia"